Meolans: Le pido perdón a la gente que se esperanzó en mí

ATENAS.- La sensación de repetida frustración era previsible. Tras el golpe de hace dos días, imaginar una recuperación anímica era imposible. José Meolans se subió a la plataforma de largada para la prueba más corta de la natación casi sin convicción

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ATENAS.- La sensación de repetida frustración era previsible. Tras el golpe de hace dos días, imaginar una recuperación anímica era imposible. José Meolans se subió a la plataforma de largada para la prueba más corta de la natación casi sin convicción. Después de no haber podido clasificarse para las semifinales de los 100m libre, todo hacía presuponer que intentar el mismo objetivo en los 50m libre era aún más complejo. Y por eso a nadie asombró que no lo consiguiera.

El cordobés, de 26 años, se va con la máxima decepción de su carrera, en la que era la mayor aspiración. Se va sin nada, con la desazón de que las cosas no le salieron en el momento que más lo quería.

"Quiero pedirle perdón a toda la gente que se esperanzó en mí, que me puso alguna ficha, que pensó que iba a nadar bien -expresó Meolans apenas terminada su participación en estos Juegos-. Me siento muy mal por no haber rendido. Era una posibilidad importante para mí poder nadar bien acá y no lo pude hacer. Todo lo bueno hecho en los entrenamientos no lo pude trasladar a la competencia. Me siento mal."

La despedida fue otra pobre actuación, como le había ocurrido en los 100m libre. Terminó 7º en su serie, con 22s90, y 27º en la general. Fue casi medio segundo más lento que su mejor registro (22s42). Otra vez estuvo lejos de mejorar, independientemente de que pudiera avanzar de etapa o no.

Meolans no tiene las respuestas para tan bajas performances. Los nervios pudieron jugarle en contra esta vez; la tarde después de su eliminación en los 100m libre tuvo vómitos y sufrió una deshidratación, por lo que le inyectaron suero. "Los porqués no lo sé. Los días previos estaba bien. Estuve mal esa tarde y fue un poco contraproducente para hoy. Igual, no es excusa: yo vine acá a cumplir el objetivo de entrar en una final y no lo logré, así que no estoy nada satisfecho."

Por la tarde se refugió en la Villa, aunque no se escondió. Contestó cada pregunta y se lo vio siempre acompañado por su amigo Eduardo Otero. Pero antes había dejado una frase que inquietó: "Ahora voy al Mundial de Indianápolis (piscina corta, donde defiende el título de los 50m libre). Y después evaluaré qué voy a hacer de mi vida".

Las últimas palabras hicieron creer que se estaba ante el retiro de Meolans. Pero no: el cordobés se refería a cambios en relación con las pruebas que disputará de aquí en más. "No, independientemente del resultado de acá, voy a seguir con la natación. Pero voy a pensar en especializarme en 50 metros."

Por la noche estuvo en la victoria del voleibol y agregó: "De Atenas no me llevo ninguna sensación buena: las dos carreras que hice nadé arriba de mis marcas, ni siquiera cerca, porque eso me hubiera permitido estar en una semifinal".

Triste y decepcionado, Meolans dejó pasar su gran oportunidad, la que tanto había esperado. Su dolor es entendible.

Por Diego Quinteros
Enviado especial La Nacion

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