Mundial: Los récords: la gran tentación de Montreal

Es el Mundial de los récords, definitivamente. Montreal asiste a una superación diaria de las marcas, en los diferentes estilos.

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 MONTREAL.- Es el Mundial de los récords, definitivamente. Montreal asiste a una superación diaria de las marcas, en los diferentes estilos. Y a pesar de que hay grandes ausencias y algunas figuras que no están en su máximo nivel (como Michael Phelps), el torneo tiene un nivel destacado. Ayer, en la sexta jornada del torneo, se batieron otras dos plusmarcas ecuménicas y ya son siete los récords mundiales que se quebraron en estos días.

Los de ayer llegaron de dos de los mejores nadadores de las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y Australia. El primero llegó por el norteamericano Aaron Peirsol, que se impuso en la final de los 200m espalda, con un tiempo de 1m54s66/100; así, mejoró en ocho centésimas el registro que él mismo poseía desde julio de 2004. La performance del recordman fue superlativa: le sacó casi dos segundos al austríaco Markus Rogan, que ganó la medalla plateada.

"Creo que estoy comenzando a sentirme el dueño y señor de la prueba", dijo Peirsol, de 22 años, en una frase risueña, pero que contiene una buena dosis de verdad. Es que el norteamericano se mantiene imbatido en esta prueba desde 2000, cuando fue segundo en los Juegos de Sydney.

La otra plusmarca de la jornada la consiguió Leisel Jones: la australiana ganó la medalla dorada de los 200m pecho, con 2m21s72/100, y le quitó el privilegio de tener el mejor registro a la norteamericana Amanda Beard (ausente en esta cita), con 2m22s44/100. Jones, de 19 años, llegó a Montreal sin títulos mundiales individuales, y aquí ya sumó el segundo; antes había triunfado en los 100m pecho.

El podio lo completaron la alemana Anne Poleska (2m25s84/100) y la austríaca Mirna Jukic (2m27s11/100).

Lo cierto es que los récords se dan casi todos los días. Antes ya habían superado esas marcas el sudafricano Roland Schoeman (bajó dos veces la de los 50m mariposa), la norteamericana Jessica Hardy (100m pecho en las semifinales; luego fue segunda de Jones), el australiano Grant Hackett (800m libre) y la polaca Otylia Jedrzejczak (200m mariposa; ver aparte).

Y cuando no hay récords, la atracción está asegurada, como ocurrió en la final femenina de los 100m libre. La victoria fue para la australiana Jodie Henry (recordwoman de la distancia, con 53s52/100), que se impuso con 54s18/100. Pero la prueba fue de una paridad notable; Henry marchaba tercera en la marca de los 50 metros, momento en el que lideraba la norteamericana Natalie Coughlin. Al final, ésta fue segunda, una posición que compartió con la francesa Malia Metella, con 54s74/100, para formar un podio singular, muy atípico.

Sin estar en su mejor forma, el fenómeno de la natación mundial, Michael Phelps, acumuló su cuarto título en el Mundial. El norteamericano fue el primer relevo (y el más veloz) del equipo de su país, que se impuso en la posta 4x200m libre. El tiempo final fue de 7m6s58/100.

Entre los argentinos, Cecilia Biagioli fue 17» en las eliminatorias de los 800m libre, con 8m48s85/100. A pesar de que no le alcanzó para meterse en la final, fue una marca excelente, que la dejó muy cerca del récord argentino, de Alicia Barrancos (8m48s54/100).

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