Virtudes del Agua y la Práctica del Nado

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La natación es un deporte acuatico, por lo que resulta una opción mejor que las actividades deportivas en tierra, ya que la movilidad de los músculos en el medio acuático es más fácil al tratarse de un medio ingrávido y evita que se produzcan ciertas lesiones gracias a la capacidad de flotabilidad. Sumando también, que cuando uno comienza a nadar o desplazarse en el agua, puede sentir múltiples y diferentes sensaciones, donde marcan gran parte del estado funcional de cada uno, y de cómo están esos músculos que actúan y sus articulaciones.
 
 
  En la natación, se pone en funcionamiento casi todos los músculos del cuerpo, siendo un total aproximado de 600 músculos,  donde se activan y se tonifican.  Algo importantes que no se producen impactos al no estar trabajando sobre el suelo y no daña las articulaciones. Una gran ventaja de este deporte es que aporta mayor movilidad articular sin que exista el riesgo de sufrir algún dolor como ocurre en seco, ya que no existe ningún tipo de apoyo. Su práctica es beneficiosa para el tratamiento de algunas enfermedades como la osteoporosis, los accidentes cardiovasculares, la readaptación cardiaca y para las personas que hayan sufrido algún ataque cardíaco, o enfermedades reumáticas o tendinitis.

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Como sabemos existen cuatro estilos, donde cada uno de ellos puede ser eficaz para el tratamiento de una determinada patología. El problema es, saber ejecutarlos bien, ya que una técnica mal realizada puede llegar a traer más inconvenientes que beneficios. En caso de una patología de la rodilla no debería nadar a pecho y quien tenga problemas lumbares o de la columna no puede nadar a mariposa. Serían más recomendables los estilos crol y espalda, ya que las exigencias técnicas son menores. Trabajar las variedades de nado a espalda, crol y pecho activa un mayor número de músculos: abdominales, bíceps y tríceps, glúteos, poplíteos, y cuádriceps.
 
 

"Resultado  Aquí es donde entra una de las aplicaciones curativas de la natación: la natación terapéutica. El médico la define como toda aquella rehabilitación de procesos que se realizan en el agua y que, gracias a la flotabilidad, ayudan en ciertas condiciones en las que se encuentre la persona que la realiza y favorece su circulación. En el ámbito de la natación podemos distinguir entre natación recreativa y natación de alta competición o medio o alto rendimiento.  Entre los beneficios de la natación recreativa se encuentran la reducción de la presión arterial y la disminución de la frecuencia cardiaca. Siempre y cuando se realice a una intensidad adecuada sin superar nunca el 85 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima cuando estamos nadando para que no resulte agotador.

 
 
 En caso de ser llevado, a la natación de alta de mayor rendimiento, es decir entrenar al menos de 8 a 12 sesiones semanales o doble turno por día, de dos a cuatro horas por la mañana y por la tarde, nadando muchos metros, y lógicamente con mayor intensidad. Estos son los motivos por los que el ejercicio de natación resulta atrayente y estimulante para los niños,  ya que mejora su componente o base aeróbica,  y para personas de edad más avanzada para el tratamiento de artrosis y rebajar la tensión y frecuencia cardiaca. A pesar de ello, la práctica de este deporte acuático provoca mejoras cardiovasculares, manteniendo el corazón y los pulmones saludables.  Además de los beneficios mentales que produce, ya que ayuda a mantener la mente en blanco y relajar tensiones.
 
 
 Terminado la nota, expreso las sanaciones de lo que es este gran deporte. Ya que cuando uno se tira al agua, siente diferente sensaciones, calor, frio, ganas o tantas ganas, pero si es donde marcan gran parte del estado funcional de cada uno,  y de cómo están se sienten esos músculos y sus articulaciones.
 
 
Alejandro Lecot  –  www.natacion.com.ar  
 

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